Dientes, babas y culete irritado

Pensaba que después de cuatro dientes que han salido con dolor pero sin más complicaciones, nos habíamos librado del culete irritado, pero va a ser que no… El Bebé Panda es un imán para estas cosas: todo lo malo que pueda tener un niño, allí va él, y claro, esto no se lo quería perder.

Hasta que no eres madre/padre, la relación «salir los dientes-culete irritado» no tiene ningún sentido, por lo menos en nuestro caso fue así, no veíamos muy claro que tenía que ver una cosa con la otra. Pero desde que empezó a babear con 3 meses (que no eran dientes, era fase oral), una de las cosas que más oíamos era: «Uy, verás cómo se le pone el culete con los dientes». Y te lo cuentan tipo peli de terror, pero hasta que no ves a tu hijo con toda la zona en carne viva y chillando de dolor, no llegas a entenderlo.
Con los primeros dientes que le salieron se le puso el culillo un poco rojo, pero bueno, le pusimos crema y se le fue sin más historia. Pero esta vez, con cuatro muelas compitiendo por ver cuál de las cuatro sale antes, la película se ha hecho más gore.
Para los que no sepáis cómo va esto, os lo explico: las babas producidas por la salida de los dientes son muy ácidas y al llegar al estómago se mezclan con los jugos gástricos y pueden producir diarrea, que al salir y rozar la piel produce irritaciones, que pueden llegar a ser heridas graves, con sangre y costras (gracias a Dios aún no hemos llegado a este punto, aunque a puntito estuvimos ayer).