Si sois de Madrid seguro que habéis oído hablar del andén cero, la estación fantasma de Chamberí. Y seguro que muchos la habéis visitado. Os digo de antemano que es un plan gratuito y cien por cien niños, a mi mayor le gustó muchísimo. Tiene ascensor para bajar a la entrada del metro, pero una vez allí, a los andenes se accede por escaleras. Estoy segura de que tienen algún tipo de consigna para dejar los carros el rato de la visita.
Pero si queréis bajar andando, al llegar al final encontraréis unos escalones adaptados para sentarse a ver imágenes antiguas en una pantalla.
Aquí os dejo en la segunda foto los horarios.
Yo soy madrileña de pura cepa (no llego a gata pura pero como si lo fuera) y sin embargo nunca había ido a ver la estación; raro, porque este tipo de cosas siempre me atraen mucho.
El andén cero corresponde a la parada de Chamberí, pertenece a la línea 1 del metro de Madrid, la azul clarito, y está situada entre las paradas de Bilbao e Iglesia.
La línea 1 se inauguró en 1919 y tenía originariamente ocho estaciones: Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Martínez Campos (Iglesia), Chamberí, Glorieta de Bilbao, Hospicio (Tribunal), Red de San Luis (Gran Vía) y Puerta del Sol. Como veis en la foto, creció bastante más y se le cambió el nombre a algunas estaciones:
El motivo del cierre de esta estación es mucho menos romántico y misterioso de lo que me gustaría: a principios de los 60 se decidió aumentar la longitud de los trenes, para lo que había que aumentar la longitud de las estaciones. Esta estación no se podía prolongar por motivos técnicos, así que decidieron clausurarla (el cierre definitivo fue el 22 de mayo de 1966).
Me llamó mucho la atención el interior de la estación, todo de azulejos blancos, arcos, tonos grises en el mobiliario…
Me resulta mágico imaginar a mi madre, mis abuelos… pasando por esa estación que se conserva exactamente igual que estaba entonces. Tiene un encanto que no sé explicar.
Ya en el andén (solo uno es accesible), protegido de las vías por unos paneles de cristal, me enamoraron los carteles publicitarios realizados sobre azulejos, delimitados por marcos de azulejos también, pero azules y dorados.
Además, en los huecos sin publicidad han puesto unos proyectores con anuncios de la televisión de la época, de verdad os digo que me hubiera sentado durante horas a ver anuncios, el metro pasar…
Espero haberos metido el gusanillo por visitar la estación fantasma, merece mucho la pena y seguro que no os deja indiferentes 😉

7 COMMENTS
Qué bonita… Llevo 14 años y medio viviendo en Madrid y nunca había oído hablar de ella. Y tus fotos me inspiran para escribir Quizás un amor secreto ambientado en otra época, entre un conductor de metro y una mujer solitaria que acude a diario a esa estación para sentarse y contemplar al conductor, a quien ama en silencio
Como mola! Cuando vuelva quiero ir, me parece mágico! Y vaya fotones!
Vennnn y te llevo!! Gracias!
Ayyy, me ha encantadooo n_n
Muchas gracias!! Lo conocías?
Nooo, ni flores, así que, anotado queda
¡Me encantan estas excursiones y si son tematizadas más!